Volumen I: Suelo Pegajoso
Bienvenida, bienvenido nuevamente a este espacio que busca generar instancias de reflexión con respecto a elementos que afectan negativamente a las mujeres en espacios laborales y el papel que tienen las empresas y organizaciones en esto.
Hoy hablaremos sobre: Suelo Pegajoso.
Como todos los derechos que hemos alcanzado las mujeres en las últimas décadas, la inserción laboral no estuvo exenta de lucha. Y es que, cuando pudimos salir de nuestros hogares para ocupar un espacio público remunerado, los roles que nos fueron asignados siguieron siendo productivos y de cuidado, con un nulo espacio para tomar decisiones, condiciones laborales precarias, o de plano inexistentes, y una gran reprobación social precisamente por intentar salir del papel que durante años nos habían asignado.
Con los años, y la continuación de la lucha, esto fue mejorando, ahora podemos ver a mujeres en cargos de mayor responsabilidad y especialización, siendo parte de Directorios y CEO’s, sin embargo a pesar de ello, aún se mantiene el trabajo doméstico no remunerado, en donde la responsabilidad principal del cuidado de familia y hogar recae en la mayoría de los casos en la mujer, lo que conlleva en gran medida a la doble presencia - es decir, gestionar durante el tiempo de trabajo remunerado, las responsabilidades relacionadas al trabajo doméstico - así como una brecha salarial importante que atraviesa de manera transversal todos los rubros productivos.
Estos obstáculos al crecimiento profesional de las mujeres, con pleno reconocimiento del trabajo doméstico adicional que se espera socioculturalmente que no sea dejado de lado, puede explicarse mediante dos conceptos que desde hace unos cuantos años resuenan mucho en el mundo laboral: Techo de Cristal y Suelo Pegajoso. Entender qué significan estos conceptos es fundamental, porque aunque hay más mujeres en el mercado laboral que en cualquier otro momento de la historia, las condiciones en las que llegamos y las que soportamos en nuestra vida profesional siguen obstaculizando nuestro pleno desarrollo.
El suelo pegajoso fue propuesto por la doctora en Sociología Catherine Berheide en 1992 y hace referencia a las dificultades que tienen las mujeres en comparación con los hombres para abandonar - o despegarse de - los puestos de trabajo más precarios, con mayor temporalidad o con peor remuneración.
Por un lado se manifiesta gracias a la feminización de determinados puestos de trabajo, es decir, asociar a las mujeres a ciertas y determinadas labores, encerrándonos a nivel laboral en roles de cuidadoras, madres y amas de casa, mientras que por otro lado, se nos dificulta el buscar mejores empleos o prepararnos educativamente para ellos porque gran parte de nuestro tiempo transcurre comprando comida, limpiando, cocinando, lavando o cuidando de alguien más. Ambas aristas resultan en pocas oportunidades para mejorar y crecer profesionalmente puesto que culturalmente se espera que asumamos mayores responsabilidades en el ámbito familiar privado.
Hoy hablamos sobre lo complejo de “despegarse” de la base, en una próxima entrega hablaremos del tope con el que chocamos muchas mujeres: el techo de cristal, además del rol que tienen las empresas y organizaciones para terminar con esto.
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Francis Arteaga
Gestora de Cambios Organizacionales
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