En una entrega anterior, que puedes revisar acá, conversamos un poco sobre lo común que es experimentar ansiedad relacionada a la incertidumbre laboral al finalizar e iniciar un nuevo año. En esa misma línea, también es bastante frecuente en el primer mes del año elaborar propósitos, definir metas o trazar objetivos en el ámbito profesional y personal, por lo que en esta ocasión hablaremos sobre cómo podemos formular objetivos realistas para el 2024, que nos permitan acercarnos a eso que queremos alcanzar este año.
En sí mismo, el sólo hecho de iniciar un nuevo año nos da la motivación y la oportunidad para iniciar nuevos proyectos, proponernos nuevas metas, buscar establecer nuevos hábitos, sin embargo, también es muy común que eso se vaya desinflando a medida que transcurren las semanas y los meses, teniendo como resultado que lo que queríamos lograr en Enero, al situarnos a mitad o a final de año, parece ser solo un camino lejano que en algún momento quisimos recorrer.
En algunas ocasiones, los objetivos no se cumplen porque no son realistas, es decir, no tenemos la capacidad o recursos suficientes - humanos o materiales - para alcanzarlos. Para identificar si este es tu caso, es importante analizar tu situación actual y en donde quieres estar al cumplirlos, preguntándote ¿tengo los conocimientos/herramientas/competencias para lograr esto? Si tu respuesta es “Sí” pues ¡maravilloso!, sin embargo si tu respuesta es “No”, no hay que dejar que el desánimo tome lugar, por el contrario, solamente hay que descomponer tu objetivo.
Con “descomponer”, me refiero a separarlo en objetivos más pequeños y - a la vez - logrables. Por ejemplo, si tu objetivo es convertirte en el/la siguiente CEO de tu organización, pero crees que aún no tienes las herramientas para lograrlo - ya sea a nivel de conocimientos técnicos o socioemocionales, o incluso de experiencia - puedes plantearte como primeros objetivos realizar algún tipo de formación o capacitación que te brinde eso que te falta y que finalmente te acerque a la meta que te propones.
En resumidas cuentas, si tu objetivo es escalar el Everest - y no eres un/a escalador/a experimentado - pues primero empieza por subir algún cerro, luego ve incrementando el nivel de dificultad hasta que cumplas aquello que deseas. Acá lo importante es que cada objetivo te acerque cada vez más al GRAN objetivo.
Al momento de plantearte tu objetivo, debes seguir algunos lineamientos básicos, ya que un objetivo bien formulado te ayudará a alcanzarlo: en primera instancia debe ser específico, detallado, medible y que dependa de ti solamente su cumplimiento, por ejemplo decir “Este año lograré un crecimiento profesional” es muy difuso, mientras que, si afirmas que “Este año voy a adquirir nuevos conocimientos en Design Thinking, haciendo un diplomado en Metodologías Ágiles de la Universidad de Chile” incluye una descripción más específica de lo que deseas realizar. También es importante que tu objetivo se alinee con tus valores e intereses personales y no por lo que “deberías” lograr, ya que en el último caso es más probable que lo abandones si sientes que no te hace sentido o no te hace feliz.
Además, el número de objetivos que te plantees también es fundamental, ya que es más eficiente tener pocos objetivos - a los cuales les va a dedicar más recursos, tiempo y atención - que si tienes 15 o 20. Piensa si estás redundando o si hay objetivos que responden a lo mismo que quieres lograr.
Por otro lado, para que tus objetivos no queden en sólo deseos, es fundamental la planificación, ya que es la que nos va a permitir desarrollar las actividades necesarias - en el tiempo necesario - para lograr lo que nos proponemos. Esquematiza las acciones que debes realizar en un tiempo determinado para lograr el objetivo, asegurándote que puedas medir el avance que tengas en cuanto a cumplimiento, sólo así podrás saber si debes ajustar los tiempos o acciones para cumplir con el objetivo en el tiempo estipulado para ello.
En esa planificación debes incluir aquellas habilidades y conocimientos que son necesarios para que alcances lo que te propones, así como los hábitos que debes incorporar a tu rutina diaria que te acercarán a tu meta. Otro elemento importante es aprender a ser persistente, ya que muchas veces te encontrarás con obstáculos en tu camino que pondrán a prueba tu resistencia, para ello sirve mucho ser flexible y saber reconocer cuándo debes cambiar de estrategia para lograr eso que te propones.
Para saber cómo va tu cumplimiento, debes revisar tus objetivos periódicamente - por ejemplo cada tres meses - para realizar los ajustes en caso de ser necesario. Al hacer esta revisión tienes que preguntarte si has avanzado, si hay un obstáculo que te impide avanzar al ritmo que tenías estipulado o si quizás tus condiciones cambiaron y ya no te interesa seguir con ese objetivo.
El cumplimiento de objetivos personales para el 2024 requiere una combinación de determinación, planificación estratégica y adaptabilidad. Establecer metas claras y alcanzables es solo el primer paso; es igualmente crucial mantener una mentalidad positiva y persistente a lo largo del camino. En última instancia, el cumplimiento de objetivos personales no solo se trata del destino final, sino también del viaje en sí. Aprender y crecer durante el proceso puede ser tan valioso como alcanzar la meta en sí. La autorreflexión periódica, la adaptación consciente de estrategias y la perseverancia en medio de desafíos son aspectos esenciales para llegar a donde deseas estar en 2024.
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