¡Bienvenidx nuevamente a los tips de liderazgo con propósito!
Hoy revisaremos un tema que corresponde al “corazón” de esta serie de contenidos:
¿Qué es el propósito y cómo sumarlo a mi estilo de liderazgo?
Hoy hablar de propósito es muy común, abundan los encuentros y charlas al respecto… Pero, ¿qué significa para ti? Desde nuestra perspectiva, es el sentido de trascendencia, el para qué hacemos más cosas. Aquello que le da sentido a nuestro quehacer, convirtiéndose en una gran fuente de motivación e inspiración.
Ahora, el propósito sólo se puede alcanzar cuando tenemos otras necesidades más básicas cubiertas. Hablar de propósito cuando tenemos problemas para resolver nuestras necesidades higiénicas, como las de estabilidad laboral, un sueldo acorde a nuestro trabajo, que nos permita cuidar de elementos cruciales de nuestra vida (alimentación, techo, salud, etc.), o cuando las necesidades de seguridad o sociales están insuficientemente abordadas, puede terminar siendo una contradicción.
Es relevante tener en cuenta que el propósito está en la categoría de las necesidades de autorrealización de la Pirámide de Maslow, lo que implica que sólo se puede alcanzar cuando las demás necesidades (las más básicas) han sido resueltas. Es por esto que, como líderes o lideresas, debemos asegurarnos de trabajar el propósito en nuestros equipos cuando estas condiciones están dadas, no antes.
Este sentido de trascendencia correspondiente a las necesidades de autorrealización, se puede incorporar en nuestra comunicación invirtiendo el orden de lo que tradicionalmente decimos. Simon Sinek, con su gran aporte del Círculo de oro o Círculo dorado, nos invita a reflexionar sobre esto: regularmente, las personas y organizaciones transmitimos mensajes explicando qué hacemos, luego cómo lo hacemos. Sin embargo, quienes comunican exitosamente y transmitiendo inspiración lo hacen al revés: cuál es el propósito o para qué de lo que hacemos, cómo lo hacemos y finalmente qué hacemos.
Cuando comunicamos a nuestro equipo una decisión de trabajo, solemos explicar la decisión y luego cómo se implementará. Lo que Simon Sinek nos diría al respecto es: ¡inviértelo! Nos recomendaría comenzar con un contexto: para qué se está tomando esta decisión, cuál es su sentido trascendente, sus beneficios de largo plazo. Luego, cómo se va a implementar, cuál será el proceso y en qué plazos, para finalmente explicar la decisión concreta. Cambia, ¿verdad?
Las preguntas de hoy son:
¿Las necesidades básicas de tu equipo están lo suficientemente resueltas como para hablar de propósito?
¿Cuánto propósito hay en tu comunicación?
¿En qué orden estás transmitiendo tus mensajes: utilizas el círculo de oro?
Esperamos que tus respuestas te permitan incluir el propósito en el momento oportuno, generando cambios en tus relaciones y formas de comunicarte.
Si quieres seguir recibiendo contenido de valor, suscríbete a nuestra Comunidad de Jefaturas de manera gratuita aquí 🙂
Equipo Todxs Somos Personas
Comentarios